LONDRES Una empresa británica ha iniciado la búsqueda de parejas voluntarias para probar un invento que permite la intimidad a distancia.
Mediante el recurso de cámaras, luces artificiales y ordenadores, el ingenio creado por Distance Lab (una empresa escocesa) permite a los amantes tocarse como si estuvieran juntos, aunque se encuentren en realidad a kilómetros de distancia.
Las parejas han de llevar en el dedo unos anillos visibles para una cámara situada sobre el lecho, y que sigue los movimientos de la mano acariciando el correspondiente cuerpo. Esos movimientos se transmiten y se proyectan en forma de rayos lumínicos sobre el cuerpo de la otra persona.
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